En el mundo laboral actual, las soft skills (habilidades blandas) se han convertido en un factor diferenciador para el éxito de los equipos. La comunicación, adaptabilidad, empatía, liderazgo o pensamiento crítico no solo influyen en el desempeño individual, sino también en la cultura, cohesión y productividad de las organizaciones. Sin embargo, a diferencia de las habilidades técnicas, estas competencias no se evidencian en un CV ni se miden con una entrevista convencional. Por eso, en Programa Valentina, apostamos por un enfoque basado en ciencia, tecnología y datos para medir lo que a simple vista no se ve.

El corazón de esta metodología es el algoritmo del MATCH.IN LAB, una herramienta desarrollada por nuestro equipo que permite mapear y analizar competencias conductuales clave, alineadas con los valores, el perfil del cargo y la cultura de cada empresa. Este algoritmo se nutre de más de 540,000 datos recopilados de candidatos reales en procesos de selección, y combina resultados de evaluaciones psicométricas validadas con información contextual y de desempeño. Así, logramos entender no sólo “quién es la persona”, sino también cómo se comporta en contextos específicos y qué tan bien puede adaptarse y crecer en un entorno determinado.

Uno de los grandes diferenciales de este enfoque es la capacidad de generar lo que llamamos una radiografía de talento, una representación visual y analítica del perfil conductual del candidato, comparado con los patrones de éxito dentro de una organización. Estas radiografías permiten tomar decisiones más informadas, objetivas y alineadas con el propósito del rol. Por ejemplo, si un puesto requiere resolución de conflictos bajo presión, se puede evaluar si el candidato posee niveles adecuados de tolerancia a la frustración, pensamiento crítico y estabilidad emocional, con métricas concretas.

Este tipo de evaluación también mejora la eficiencia y precisión en los procesos de contratación. Empresas que utilizan nuestras herramientas han logrado reducir hasta en un 50% el tiempo de selección, al contar con insumos claros para filtrar candidatos que no solo tienen la experiencia técnica, sino también las soft skills necesarias para prosperar. Además, al basarse en datos en lugar de percepciones, se reduce el sesgo humano y se incrementa la diversidad de perfiles contratados.

En un contexto donde el talento calificado es escaso y la rotación puede costar miles de dólares por posición, evaluar soft skills con rigurosidad y tecnología no es solo una tendencia, sino una necesidad. En Programa Valentina creemos que la combinación de analítica de datos, psicometría y conocimiento humano es la mejor forma de construir equipos más empáticos, resilientes y efectivos. Porque contratar bien no es solo elegir al más preparado, sino al más compatible con los desafíos y la cultura del mañana.